02 febrero 2009

Interpetación de los sueños: objetos y sensaciones

Después de muchos sueños escritos y otros tantos estudiados que se han quedado en el tintero, he descubierto que intentar interpretar sueños a partir de los objetos o imágenes que aparecen en ellos no sólo es una pérdida de tiempo, sino que además nos alejan del verdadero motivo por el que hemos soñado con algo en concreto.

Hace poco alguien me preguntó si sabía lo que significaba soñar con un cinturón roto, o si me atrevía a interpretarlo. Aquí aparecen dos opciones: ir a cualquier diccionario de sueños (como esos que nos dicen que soñar con arañas dentro de casa es símbolo de buena suerte, o que al soñar con la muerte de un conocido le estamos alargando la vida, o que soñar con que se nos caen los dientes significa que ganaremos dinero), o indagar un poco más en el ser único e irrepetible que es el soñador.

Sólo la persona que sueña puede llegar a entender por qué aparecen ciertos objetos en sus viajes oníricos. O quizá no lo entienda (y por eso pregunta) pero, sin saberlo, es capaz de crear una relación entre el objeto y lo que ese objeto significa en sí.

Para mí, que nunca utilizo cinturones y con los que nunca he soñado, soñar con un cinturón roto no tiene ningún sentido. Sí, algún avispado hará una rápida asociación de ideas: cinturón igual a atar igual a angustia; roto igual a romper lo que te ata igual a libertad.

Demasiado simple.

Le pregunté a esa persona si ese cinturón con el que había soñado tenía algún significado especial para él. ¿Había sido un regalo? ¿O lo había comprado por compromiso o porque se le había roto otro y no tenía más? Puede que el cinturón ni siquiera exista en la realidad, o puede que el soñador lo haya visto en alguna ocasión, aunque aparentemente lo haya olvidado (por supuesto, su mente sigue teniéndolo presente). Él me respondió que no se trataba de un cinturón especial: se lo compró porque a su pareja le gustaba mucho, y él aceptó comprarlo.

Debo dejar claro que apenas conozco a esta persona, y mucho menos el estado de su relación. Sí, algún otro avispado podrá decir que se siente atado a veces por la relación de pareja, y de ahí el simbolismo del cinturón roto. Bueno, quizá eso se acerca más a la verdad, aunque por supuesto no es mi intención saberla. Cuando alguien me pide que interprete un sueño simplemente le digo las cosas que podrían ser, y es única y exclusivamente esa persona la que hará su interpretación final a partir de esa pequeña ayuda.

De modo que le pregunté lo más importante: ¿qué había sentido al darse cuenta de que el cinturón estaba roto? Esta parte es muy interesante, porque de los sentimientos y sensaciones que despiertan los objetos (y también hechos) que soñamos es de donde sacaremos las conclusiones más acertadas. Podían darse varias actitudes: miedo y angustia al haberse roto, indiferencia al tratarse de un cinturón sin importancia, agobio por tener que comprar otro o por dar explicaciones, ansiedad por no saber cómo ni cuándo se había roto... He ahí el secreto del sueño.

En este caso, la persona no recordaba qué sensaciones había tenido cuando veía el cinturón roto. Basándome en mi propia experiencia, supe que efectivamente ese objeto no era demasiado importante. Con toda seguridad el soñador sólo había sido capaz de recordar ese objeto en particular (hecho que luego me corroboró), sin poder contextualizarlo de ningún modo. Si le hubiese causado algún tipo de incomodidad probablemente estaríamos hablando de una pesadilla, que recordaría con mayor facilidad. Probablemente sintió indiferencia y sólo llegó a preguntarse ¿por qué? pero nada más.

Luego le pregunté qué habría sentido si el cinturón se le hubiese roto en la realidad. Me contestó que nada en especial; una ligera indiferencia quizá, pero nada importante. Hay que tener muy en cuenta, y también hablo por propia experiencia, que a veces lo que en el mundo de la vigilia es irrisorio, en los sueños puede convertirse en un objeto de pasión, dolor e intensos sentimientos. En ese momento es cuando debemos averiguar qué es lo que se siente ante un objeto o hecho. Por lo tanto, esa única imagen recordada era sólo un detalle de un sueño más extenso, pero no por ello se trataba de la más importante.

En otra ocasión el sueño fue algo más complejo. Un hombre veía el cadáver de su padre, que había fallecido hacía algunos años, y una gigantesca serpiente que se acercaba a él y le producía un inmenso terror. Él sabía que su padre no podía volver a hacerle daño (la relación entre ambos no había sido buena), pero el mero hecho de ver la serpiente le provocaba un malestar que hacía tiempo que no sentía. En este caso no necesité más datos: la serpiente simbolizaba a todas luces las consecuencias de los actos del padre, quien aun estando muerto podía seguir haciendo daño por todas las cosas que había hecho en vida. ¿Por qué una serpiente? La imagen aquí no es extremadamente relevante: incluso los más valientes sentirán temor y respeto ante un gigantesco reptil capaz de matarlos. De todos modos, en nuestra cultura la serpiente simboliza el engaño, la maldad y el peligro, por lo que la relación es evidente. La persona que soñó esto me dio la razón al instante: la sombra de su padre, el miedo a que resurgieran fantasmas del pasado que debían estar enterrados, había vuelto. Quizá estando despierto no era consciente de esta preocupación, pero ésta seguía bien presente en su mente.

No pretendo demostrar nada con estas interpretaciones. De hecho, la gente se sorprende ante mi capacidad (bastante atípica, por lo que parece) de recordar mis sueños con todo lujo de detalles. Cada persona es un mundo, capaz de crear miles de mundos más cuando duerme, y del mismo modo que no existe ley alguna que pueda catalogarnos por nuestra forma de ser (ni siquiera la psicología, por mucho que intente aproximarse), los sueños siguen siendo únicos y exclusivos de su creador. Interpretar un sueño deberá ser una tarea de introspección y meditación, en la que no hay más leyes que la propia experiencia y los recuerdos.